Hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX, la Luna era sólo la amada de los poetas y el astro romántico de los enamorados. Y solo a algunos más interesaba la magia de la noche. Se hablaba todavía de sus influjos sobre el carácter del hombre que lo transformaba en lobo; se le atribuía influencia sobre mil detalles más de la vida... Y todavía hoy hablamos de lunáticos y de “estar en la luna”. (Nota del año 2008)
El día miércoles 20 de Febrero de 2008, lunáticos o habitantes eventuales de la luna, "los que están en la luna", astrónomos, aficionados, niños, gente de ciencia, periodistas, y por sobre todo gente común, se congregaron en las inmediaciones del Planetario Galileo Galilei de la Ciudad de Buenos Aires, para esperar que la Luna se vistiera de rojo, en una danza de alrededor de 60 minutos que hizo las delicias de los amantes del cielo.
Nuestra Asociación Civil EnDiAs, estuvo presente a través de algunos de sus integrantes, y no podía faltar a la fiesta de la Luna, uno de los telescopios construidos en el Taller de Telescopios de nuestra Asociación. Al principio, un poco de nubes parecía querer empañar el evento; pero no fueron suficientes y no lograron opacar ese gran momento, en que la Bella Dama de la Noche nos visitaba e iba a mostrar uno de los fenómenos nocturnos más bonitos: EL ECLIPSE LUNAR.
Más que describir el fenómeno observado, me gustaría describir lo que social y culturalmente producen estos eventos, que como ya dijimos, estaba colmado de personas de distintos ámbitos sociales. Pero el ECLIPSE fue más fuerte, podríamos haberle puesto música a una nueva canción. Fue más fuerte la curiosidad, la admiración, el éxtasis que produce este juego travieso (esto va para los más chiquitos) de escondidas entre el sol y la luna. Y así fuimos viendo pasar los minutos, sin dejar de mirar el cielo... ¡No queríamos que se nos escape ni un detalle! Magníficamente podría haber quedado grabada cada imagen de la Bella Dama de la Noche, en la retina de un artista, que vería con adminración, la sutil combinación de colores cálidos que presentaba nuestra invitada; moviéndose tan lentamente como ella acostumbra, nos permitió ver cómo el velo mágico y rojizo cubría su rostro, al mejor estilo de una danzarina árabe.
El telescopio de EnDiAs se vistió de fiesta: esta vez el que acercó la luna al hombre fue el telescopio Sirio. ¡Ah! Me olvidaba: cada uno de nuestros telescopios tiene el nombre de alguna estrella o constelación. Y claro, como era de esperarse las cámaras digitales, las cámaras comunes, y hasta los celulares quisieron estar presentes en esta reunión, y muy amablemente nuestro Sirio, prestó su estructura, ocular y porta ocular, para que nuestros amigos pudieran llevarse este recuerdo.
Preguntas y respuestas; luego observación, nuevas preguntas y ya no tantas respuestas inmediatas; una invitación por nuestra parte a la reflexión, al razonamiento. ¡Y sí! había que acercarle la ciencia al hombre común, pero también permitirle tras un mate de por medio, la apropiación del conocimiento. La Astronomía al alcance de la gente común, para no cerrar el círculo; para no quedarnos con un grupo reducido de entusiastas, y aprovechar a despertar vocaciones astronómicas nuevas ¿no?
Pero, no todo fue ciencia. Existe un área del saber llamada Epistemología, que tiene la gran responsabilidad de determinar si algún área del conocimiento reúne, -por decirlo de una manera sencilla- las características de ciencia, o sea, si tiene un método que sirva para demostrar diversos fenómenos que se suceden. ¿Por qué tal obsesión? Ocurre que el conocimiento del auténtico método científico nos permite realizar una correcta separación entre disciplinas y teorías científicas, de aqeullas cosas que no lo son. Pero la Artística, la Literatura, las disciplinas filosóficas, la Ética, la Estética son disciplinas humanísticas, que no aplican el método científico.
Más importante que hacer la salvedad en ellas, es tener en cuenta aquellas otras disciplinas y teorías pretendidamente científicas que no lo son, no solo por no aplicar el método científico, sino por tener fundamentos muy endebles y poco serios. Pensemos en la astrología, la adivinación, la quiromancia y llamadas pseudo-ciencias o falsas ciencias. Y ayer no estuvieron ausentes ni la creencia, ni la ciencia; compartiendo un tiempo y espacio, se recrearon danzas y mitos sobre los efectos que puede causar la Luna en el hombre, un buen material de estudio para sociólogos y epistemólogos quizás.
No confrontamos: simplemente contamos lo que vivimos y le acercamos un poquito de conocimiento al hombre común. Pudimos ser por unas horas divulgadores científicos, y en otros momentos, simplemente observadores de un cielo poco común, junto a gente maravillosa de la que aprendimos y con la que compartimos, este maravilloso evento astronómico que la Bella Dama de la Noche, nos ofreció. Gracias a todos los que compartieron con nosotros la noche del miércoles 20 de febrero de 2008 y la madrugada del jueves 21. Esperamos sus fotos en nuestra página; estamos ansiosos por tenerlas y mostrarlas a nuestros visitantes de la web.
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Profesora Marta Susana Santos